jueves, 5 de noviembre de 2015

Los pro y contras del edulcorante


Resulta más saludable consumir edulcorantes naturales que el azúcar de mesa debido a las altas cantidades de carbohidratos que contiene.

Los edulcorantes otorgan menos energía que el azúcar convencional.

Los edulcorantes son sustancias que sirven para endulzar alimentos, bebidas o medicinas. Estos pueden ser naturales o artificiales. Entre los primeros destacan el azúcar, la miel de abeja o la estevia, una sustancia dulce extraída de la hoja del arbusto del mismo nombre, dice la nutricionista Geraldine Maurer, vicepresidenta de Aspec.
Por otro lado, la especialista explica que entre los artificiales están: el ciclamato, el acesulfame de potasio y el aspartame, que proviene de dos aminoácidos (fenilalanina y ácido aspártico) que unidos dan un dulzor 180 veces mayor que el azúcar; por eso se usan cantidades muy pequeñas.

“A diferencia del azúcar, los edulcorantes artificiales no presentan una respuesta glicémica en la sangre, no contienen carbohidratos y, por ende, no elevan el azúcar en la sangre”, añade.

Por ello, los edulcorantes artificiales son utilizados por diabéticos y quienes no desean exceder su consumo de carbohidratos. “Esto es positivo debido a que la elevación de insulina, que genera el azúcar de mesa (alimento que contiene 100% de carbohidratos), es muy dañina si se consume con frecuencia, tanto en niños como en adultos”, asegura Maurer.

Sin embargo, el consumo en grandes cantidades de algunos de estos productos genera efectos negativos. Por ejemplo, el aspartame, xilitol y manitol pueden generar diarreas. “El aspartame, además, es contraindicado para fenilcetonúricos (personas con trastorno congénito que afecta el metabolismo de su organismo)”, advirtió la nutricionista.

Para diabéticos
“Para que los edulcorantes más comunes representen algún riesgo para la salud se tendrían que consumir hasta 2.012 onzas de alguna bebida dietética o 97 paquetes de estos azúcares artificiales”, señala Luis Huarachi Morales, endocrinólogo del Hospital Nacional Hipólito Unanue.

Estos tienen aprobación de la FDA (Food and Drug Administration) y pasaron por estudios para probar sus beneficios en pacientes diabéticos y obesos, pues son necesarios en la lucha contra el síndrome metabólico que incrementa el riesgo de enfermedad cardiovascular. No obstante, consulte a su médico qué edulcorante usar, recomienda el especialista.

Para tener en cuenta
Se cree que el azúcar rubia no engorda, pero tiene tantas kilocalorías como la blanca.


La miel de abeja contiene una elevada cantidad de azúcar (95% de carbohidratos), por lo que debe ser consumida en pequeñas cantidades.

Para la nutricionista Geraldine Maurer lo recomendable es acostumbrar al paladar a consumir alimentos bajos en azúcar o sin azúcar.
Sabemos que el exceso consumo de azúcar no es saludable, pero tampoco podemos vivir sin ella, en un mundo “amargo”. Entonces, ¿qué se puede hacer?

Una opción es recurrir a los edulcorantes, pero hay un problema: “Si simplemente sustituimos un tipo de azúcar por otro, mantenemos el nivel alto impidiendo que nuestras papilas gustativas se recalibren y obtengan la misma sensación de dulzor con menos azúcar”, señala un artículo publicado en el ‘Huffington Post’.

Además, si reducimos la azúcar de nuestro régimen alimenticio también lograremos acostumbrarnos a no consumirla tanto y a detectar el dulce natural que algunos alimentos tienen escondido.

Así, una excelente alternativa es aprovechar y sacarle el jugo al dulzor natural de los insumos. “Un truco eficiente es distraer nuestras papilas gustativas con otros sabores de manera que se concentren menos en la ausencia de azúcar. La canela en la avena, o la nuez moscada en unos muffins bajos en azúcar pueden brindarle a la boca la sensación de dulzor aunque no exista”, asegura Michelle Madden, autora del premiado blog The Sweet Beet.

Polvo de vainilla
“Parece tierra pero sabe a helado. Échalo en un yogur simple y pensarás que estás comiendo un sundae. No es un insumo barato, pero no necesitarás mucho”, señala el artículo.

Este polvo lo puedes conseguir moliendo los granos de la vainilla entera (la venden en el Mercado de Surquillo, por ejemplo). También podrías utilizar extracto de vainilla, “pero el alcohol que contiene disminuye el efecto de dulzor”.

Canela
Es común echarle canela a la avena y a postres como la mazamorra, el arroz con leche y el suspiro a la limeña. ¿Pero alguna vez has intentado colocarla en tu café mientras los filtras? Haz la prueba y probablemente necesitarás echarle menos azúcar a tu taza.

Pulpa de coco
“No hay nada tan dulce como la pulpa de coco ”, asegura el artículo. Puedes disfrutar esta fruta pura, pero también la puedes agregar a la olla cuando cocines avena.

Aceite de coco
Otro elemento del coco que se puede aprovechar para este fin es el aceite. Utilízalo para cocinar col u otros vegetales y lograrás eliminarles el sabor amargo. También puedes agregarlo a tus huevos revueltos.

“La mente tiene una asociación tan fuerte entre el coco y las cosas dulces que, aunque no haya azúcar, la boca la percibe”.

Leche de almendras
“Las almendras tienen una cantidad mínima de azúcar, pero debido a su aceite dulce pueden engañar a nuestro paladar y hacerlo pensar que está saboreando algo con azúcar”, dice Madden. Puedes agregarla al té o a los batidos.

Cebolla cocida
Cuando cocinas una salsa de tomate, debido a la acidez de este insumo, lo más probable es que acostumbres incluir a tu preparación un poco de azúcar. ¿Sabes qué puedes hacer en lugar de eso? Utilizar cebolla salteada hasta el punto que esté acaramelada.

Salsa de manzana
“Es un sustituto ideal de la azúcar en los muffins ya que le da un toque de sabor sin estropearlos”, señala la autora y recomienda que, en caso intentes modificar tu receta con este consejo, aumentes unos minutos al tiempo de horneado.

Obviamente, para que esto funcione (aunque igual no tus quequitos no saldrán tan dulces como si los hubieras hecho con azúcar) tienes que utilizar manzanas dulces.

Palta
Michelle Madden sugiere que la agregues a los batidos o jugos y que no la dejes fuera de tus ensaladas. “La mayoría de los aliños embazados contienen un montón de azúcar. Prueba mezclando palta chancada con un poco de aceite de oliva y vinagre”.

Puré de bayas
Coge un puñado de bayas, aplástalas y espárcelas sobre una tostada. Haz de esto tu nueva mermelada. También puedes agregarlas al yogur.

Vegetales asados
Cuece en el horno tus verduras favoritas con un toque de aceite de oliva y sal. Cómelas al final de la cena y no sentirás la necesidad de algo dulce. El artículo recomienda probar con camote, calabaza y zanahorias.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario